¡Polémica! Se abre debate por la militarización de la Universidad del Tolima tras desmanes en la institución
La Universidad del Tolima se ha convertido en el epicentro de un intenso debate luego de la aparición de militares en las inmediaciones del campus, una situación que ha encendido las redes sociales y ha provocado el pronunciamiento de figuras de alto nivel.
El ministro de Educación, Daniel Rojas Medellín, expresó su rechazo a la presencia de fuerzas armadas en la Universidad a través de su cuenta oficial en X: «Ante las denuncias de la comunidad educativa de la U. del Tolima sobre la militarización de su sede, desde el @Mineducacion señalamos que no aceptamos ninguna fuerza armada en los campus universitarios, donde debe imperar la fuerza argumentativa, el debate y la construcción de paz. Hacemos un llamado a las autoridades locales y @mindefensa para investigar y atender esta situación.»
Sin embargo, la administración de la Universidad del Tolima, en un comunicado emitido por el vicerrector de Desarrollo Humano, Diego Polo, aclaró que la institución no solicitó la presencia de los militares. Según la Universidad, los uniformados habrían estado en la zona por razones de seguridad, dado que Ibagué recibirá la visita de magistrados de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), quienes podrían incluir a la Universidad entre los sitios a visitar.
Las fotografías de los militares en la entrada de la Universidad rápidamente se viralizaron en redes sociales, generando preocupación y una ola de críticas. Diversas organizaciones y ciudadanos han catalogado la situación como una «militarización» del campus, un término que aviva los recuerdos de épocas de represión en las universidades colombianas.
Este incidente se produce pocas horas después de una manifestación en la Universidad del Tolima, que terminó con desórdenes, incluyendo vidrios rotos y detonaciones de artefactos explosivos. Según un comunicado oficial de la institución, los actos vandálicos causaron daños materiales y perturbación del orden.
La comunidad educativa y las autoridades locales se encuentran ahora en una encrucijada, buscando un equilibrio entre garantizar la seguridad y preservar el carácter académico y pacífico de la universidad.