Anato 2025: una feria que se sintió, se vivió y se llevó en la piel
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El aire vibraba con los sonidos de tambores ancestrales y los colores de los trajes típicos. En cada pasillo de Corferias, los visitantes no solo observaban, sino que experimentaban Colombia en su máxima expresión. La Vitrina Turística de Anato 2025 no fue solo una feria; fue un viaje sensorial, una inmersión en la diversidad de un país que se vende al mundo con su autenticidad.
Por tres días, más de 52.000 asistentes –un 5 % más que en 2024– recorrieron los pabellones donde el turismo dejó de ser una simple oferta y se convirtió en una vivencia. Más de 1.400 expositores nacionales e internacionales participaron en esta edición, consolidando el evento como la principal plataforma de negocios para la industria turística en Colombia.
Había quienes salían con el rostro pintado con pigmentos naturales de comunidades indígenas, otros con las manos aún teñidas de la arcilla con la que moldearon una artesanía. La gastronomía no se limitó a exhibiciones estáticas: más de 200 degustaciones ofrecieron un recorrido por la diversidad de sabores del país, desde la chicha ancestral hasta las preparaciones más innovadoras de la cocina colombiana.
“La feria sigue consolidándose como un espacio clave para el sector. Nuestro enfoque sigue siendo la calidad sobre la cantidad”, decía Paula Cortés Calle, presidenta de Anato, en la rueda de prensa de clausura. Y tenía razón. No se trató solo de números o reuniones estratégicas –que fueron muchas, con más de 3.300 citas de negocios y expectativas de negociación superiores a los 53,4 millones de dólares en el Colombia Travel Mart–, sino de la certeza de que cada visitante se fue con un nuevo destino en mente, con una historia por contar y, quizás, con la decisión de embarcarse en su próxima aventura.
Los productos turísticos con mayor demanda este año fueron el turismo de naturaleza, comunitario, gastronómico, experiencias ancestrales y bienestar. En total, 214 empresarios nacionales de 20 departamentos presentaron sus ofertas a 179 compradores internacionales de 33 países, interesados en incluir a Colombia en sus catálogos.
Los mejores stands fueron reconocidos en la última jornada. Caquetá se llevó el primer puesto con una muestra que transportaba a los visitantes a la selva amazónica; Boyacá y Buenaventura, que ocuparon el segundo y tercer lugar, enamoraron con su riqueza cultural y natural.
Cuando las luces comenzaron a apagarse y los últimos asistentes salían del recinto, quedaba la sensación de haber recorrido Colombia sin haber tomado un avión. De haber sentido el latido de un país que se sigue reinventando y que, a través del turismo, invita a ser explorado con todos los sentidos.