Ejército de Liberación Nacional (ELN) ha condicionado la prórroga del cese al fuego a su exclusión de la lista de grupos armados organizados
Esta petición ha generado una respuesta mixta tanto a nivel nacional como internacional, en un momento clave para la estabilidad y la paz en el país. El anuncio fue hecho por Antonio García, uno de los principales líderes del ELN, durante una conferencia de prensa en la que subrayó que la organización está comprometida con el proceso de paz, pero considera esencial que se reconozca su naturaleza política y se le retire de la mencionada lista. «Nuestro compromiso con la paz es genuino, pero para avanzar necesitamos que se nos reconozca como una fuerza política y no simplemente como un grupo armado», declaró García.
El actual cese al fuego, que comenzó hace seis meses como resultado de las negociaciones entre el gobierno colombiano y el ELN, ha llevado a una reducción significativa de la violencia en varias regiones del país. Sin embargo, la exigencia del ELN introduce un nuevo desafío en el delicado proceso de diálogo que busca poner fin a décadas de conflicto armado.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, expresó su disposición a considerar la petición del ELN, pero también enfatizó que cualquier decisión al respecto debe ser tomada con cautela y en consulta con la comunidad internacional y las víctimas del conflicto. «Entendemos la solicitud del ELN y estamos abiertos al diálogo, pero cualquier paso debe ser meditado y garantizar que se cumplan los compromisos con las víctimas y la sociedad colombiana», afirmó Petro en una declaración oficial.
La comunidad internacional, incluyendo la ONU y la Organización de Estados Americanos (OEA), ha instado a ambas partes a mantener la calma y seguir comprometidas con el proceso de paz. En un comunicado, la ONU resaltó la importancia de continuar con el cese al fuego y encontrar soluciones negociadas que beneficien a todos los colombianos.
Las reacciones dentro de Colombia han sido diversas. Mientras algunos sectores ven la petición del ELN como una oportunidad para avanzar en el reconocimiento de sus demandas políticas, otros la consideran una táctica para evadir responsabilidades y mantener su influencia armada.
El futuro del cese al fuego y del proceso de paz en Colombia pende ahora de las negociaciones y la capacidad de ambas partes para encontrar un terreno común. La situación sigue siendo tensa, pero también presenta una oportunidad para avanzar hacia una paz duradera si se manejan con cuidado y compromiso las demandas y expectativas de todos los actores involucrados.