Petro propone consulta popular: ¿En qué se diferencia de un plebiscito y un referendo?

El presidente Gustavo Petro anunció este martes su intención de convocar una consulta popular para que los ciudadanos decidan sobre el futuro de las reformas a la salud y laboral, actualmente en debate en el Congreso. La propuesta surge luego de que ocho senadores de la Comisión Séptima radicaran una ponencia para archivar dichas iniciativas, lo que ha generado un nuevo choque entre el Gobierno y el Legislativo.
Sin embargo, la declaración de Petro ha abierto el debate sobre los mecanismos de participación ciudadana en Colombia y sus diferencias. En el país existen tres principales: consulta popular, plebiscito y referendo, cada uno con características y alcances distintos.
¿Qué es un plebiscito?
El plebiscito es un mecanismo exclusivo del presidente de la República, quien con la firma de todos sus ministros puede someter a votación una decisión de gobierno que no requiera la aprobación del Congreso. La Registraduría General de la Nación se encarga de organizar el proceso, en el que los ciudadanos responden con un “sí” o un “no” a la pregunta formulada por el Ejecutivo.
El ejemplo más reciente de un plebiscito en Colombia fue el convocado por el expresidente Juan Manuel Santos en 2016 para que los ciudadanos aprobaran o rechazaran los Acuerdos de Paz con las Farc, el cual fue negado por la mayoría de votantes.
Consulta popular y referendo: ¿qué los diferencia?
A diferencia del plebiscito, la consulta popular puede realizarse a nivel nacional, departamental o municipal y es un mecanismo mediante el cual los ciudadanos se pronuncian sobre temas de interés general. Su aprobación está sujeta a los requisitos establecidos en la ley.
Por su parte, el referendo se utiliza para que la ciudadanía apruebe o rechace una norma o una reforma constitucional. Puede ser promovido por el Congreso, el presidente o mediante la recolección de firmas. Actualmente, varias regiones impulsan un referendo para obtener mayor autonomía fiscal.
El anuncio de Petro abre un nuevo capítulo en la disputa por las reformas sociales y plantea dudas sobre si una consulta popular sería viable o vinculante en este contexto.